martes, 27 de julio de 2010

The Devils Miner / La Mina del Diablo. Guía de Aanálisis

Que tal, ahora les traigo el análisis del Documental Boliviano "la mina del diablo" que cuenta la historia de Basilio, un niño que vive en Cerro Rico - Bolivía.

Sinopsis.

The devils miner “Las minas del diablo” es un documental que muestra la vida de dos hermanos, Basilio de 14 y Bernardino de 12 años, quienes trabajan de manera brutal en las minas bolivianas de plata en Cerro Rico, que se remonta al siglo XVI. Aferrados a una vida sin su padre, los hermanos van a la escuela con la esperanza de salir de las minas algún día, y poder tener los ingresos suficientes para ayudar a su familia.
Por los ojos de estos dos niños, encontramos el mundo de los mineros devotos católicos, quienes cortan sus lazos con Dios para entrar en la montaña. Esta creencia antigua hace que el Diablo “El tío” sea representado por cientos de estatuas construidas en los túneles, ya que esta deidad determina el destino de todo hombre que trabaja dentro de las minas.



El espacio ético en el documental.

Las principales características del documental son la posición de la cámara (camarógrafo), el sonido y la imagen que se le transmiten al espectador. Discutir de la mirada de la cámara que se utiliza en el documental es analizar dos espacios diferentes: el ejercicio mecánico (reproductor tecnológico para producir imagines) y el juicio humano, simbólico de mirar el mundo . Como máquina tecnológica la cámara produce un registro de lo que entra en su campo visual tal y como una extensión del ser humano; como recurso de la visión humana la cámara dejar ver todo el mundo de los niños bolivianos, sus perturbaciones, inquietudes, la equidad y los valores, basados en los registros de quien la opera. Por ende la fotografía y el sonido da una idea de la posición ética, política e ideológica de los directores: Kief Davidson & Richard Ladkani.

La unión entre estilo y ética Kief Davidson & Richard Ladkani en The Devils Miner posee un fuerte estilo en la subjetividad que va de la mano con la cámara y así el realizador llevar un símbolo ético implícito. En el documental podemos distinguir que el público adquiere emociones singulares otorgadas por la subjetividad del autor, a partir de las imágenes de Basilio y su trabajo descomunal en las minas . Esta tonalidad y subjetividad se acercan a una “estructura del sentimiento”. Este código es lo que certifica el transcurso permanente de la cinematografía como respuesta a las realidades específicas del mundo, y en este caso en especial, el mundo de los niños latinoamericanos que residen en Bolivia.

Las distintas miradas de la cámara que se encuentran en el documenta son:

• La mirada accidental: la cámara estaba allí en el instante de sus sucesos inesperados. Representada por las escenas donde Basilio llora por no tener un padre y por ende una vida mejor.

• La mirada en peligro: el documental manifiesta al camarógrafo o realizador corriendo un riesgo personal. Ejemplificada en las escenas donde el camarógrafo acompaña a Basilio a trabajar en las minas, aunque estas estén desprendiendo gases tóxicos mortales y derrumbes continuos.

• La mirada compasiva: el film registra una respuesta subjetiva respecto al momento o proceso que representa. Representada por las escenas que descubren la triste realidad de Basilio y su sensibilidad e inocencia para contar los hechos de su vida.

• La mirada clínica o profesional: el film se ubica dentro del espacio ambivalente entre el registro distanciado y la respuesta compasiva. Representada por las escenas donde Basilio habla de sí mismo, un niño que tiene una realidad perturbadora, pero que no se rinde y se aferra a la escuela para obtener un mejor estilo de vida.

Estas miradas y códigos éticos que las amparan establecen una sugestiva alineación de lo ético, lo político y lo ideológico. El documental de Davidson y ladkani muestra una ética de la responsabilidad, puesto que cada mirada indica una respuesta alternativa frente a la vida desastrosa de Basilio y su pobreza; hacia una política de la representación y la autoridad, porque cada mirada representa lo que ve el realizador; y hacia la ideología de la objetividad, puesto que cada mirada refuerza el valor de lo visual como evidencia y fuente de lo que se quiere mostrar con Basilio, su familia, su trabajo y su entorno social.


La narración de historias con pruebas y argumentaciones El cuestionamiento del estatus del documental

Una tendencia nueva en los documentales es hacer hincapié en la narrativa del mismo, el documental The devils miner es una representación de la realidad con tramas, personajes, situaciones y sucesos . En el documental podemos observar retos o dilemas en la introducción, ejemplificadas en la explicación de Basilio sobre su duro trabajo y su esperanza por salir de su triste vida; estos relatos a su vez van construyendo conflictos de progresivo dramatismo y fuerza, representadas por los momentos donde Basilio y Bernardino van a la mina y se observa como el hermano mayor da indicaciones al menor sobre el trabajo; y acaban con una resolución, que revela el sueño de Basilio por ir a la ciudad grande y ser profesor en un futuro. Todo esto refleja una realidad que construye la historia de principio a fin.

Esta realidad posee una investigación exhaustos por parte de los directores del documental, se conoce que los realizadores intrigados por la historia cultural de los mineros de Potosí viajaron hasta Bolivia para realizar un trabajo de investigación sobre este tema y comenzaron a elaborar las notas para The Devil’s Miner. Otro aspecto de investigación fue la historia de Cerro Rico, llamada también “La montaña como hombres” en Potosí-Bolivia, una mina mítica que concentra a 8000 trabajadores, los cuales no reciben un sueldo digno y su aspiración de vida es muy corta. Para poder llevar a cabo su proyecto tuvieron que recaudar fondos de distintas entidades y empezaron la producción en 2004 trabajando como codirectores y coproductores. Según los directores lo más difícil a la hora de realizar The Devil’s Miner era encontrar a un niño que pudiera llevar a cabo la realizacion de un documental de larga duración. Después de entrevistar a 10 familias, Basilio Vargas, un chico que les cautivó de inmediato con su energía, inteligencia y capacidad narrativa. Tanto Basilo como su hermano menor Bernardino y su hermana Vanesa eran muy naturales ante la cámara. La familia se mostró entusiasmada ante la idea y recibió con mucho calor a todo el personal en su casa.


El mundo en el documental.

El documental de los realizadores Davison y Ladkani nos permite acceder a una construcción histórica común en Latinoamérica. Nos permite a acceder a un mundo del cual tenemos un cierto grado de conocimiento pero no el total de los hechos. La historia es singularmente dramática y sensible. Aunque nuestra entrada en el mundo de Potosí se produce a través de redes de trascendencia como la lengua, las prácticas culturales, el entorno social, la política y sistema económicos, nuestra relación con este mundo es más concreta por el hecho de vivir una realidad paralela en nuestro Ecuador.


Representación del documental.

En este caso el documental “la mina del diablo” nos muestra una representación que equivale a defender una postura de un modo convincente, es decir, la postura del trabajo infantil inadecuado de Basilio y su creencia popular con relación al demonio “el tío” y su fe católica esperanzada en un mundo mejor. Esta representación tiene más que ver con la retórica, la persuasión y la argumentación que con la similitud o la reproducción. En resumen, el documental nos ofrece representaciones o similitudes fotográficas y auditivas del mundo de Basilio, el mundo que nos quiere mostrar el director y el mundo que debemos descubrir.


La ventana del documental.

En el documental de las minas e Cerro Rico, entramos en un mundo de ficción a través de la entidad de la narración, ese proceso a través del que una narrativa se despliega por el relato de Basilio, como personaje principal, de Bernardino como personaje secundario, y de el Padre y su Jefe en las minas como personajes complementarios; que nos permiten entrar en el tiempo, accediéndonos a construir la historia que proponen los realizadores. En el documental entramos en el mundo a través de la entidad de la representación o exposición, ese proceso por el que un documental aborda un problema social que ocurre en Bolivia. En la ficción, la sensación de una actividad autoral o de un proceso narrativo evidente que nos desvía la atención del mundo imaginario en el que hemos entrado es por lo general leve e intermitente, rara vez forzada.

La argumentación del documental

La argumentación en el documental The devils miner considera el mundo del pasado y del pasado/presente de las minas de Cerro Rico en Bolivia como base de su representación documental. La argumentación nos da una sensación de presencia autoral investigativa de los realizadores Davidson y Ladkani. Esto crea el contexto para una visión particular del mundo de Basilio y su trabajo en las minas del diablo, y a su vez una disposición particular de las pruebas acerca del mismo.

El documental adopta la forma explícita e intermitente de argumentación, que por regla general asociamos con el comentario en voice-over o el testimonio directo de actores sociales ; esta argumentación procede tanto de una perspectiva del mundo de las minas de Potosí como de un comentario sobre el mismo.


Comentario

Como punto final en este trabajo creo que lo ético de una forma más rotunda posee una estrecha relación con lo político y lo ideológico. A mi modo de ver, considero que la ética va a la par de la política (y la ideología) pues estos términos representan la misma problemática dentro de parámetros conceptuales distintos. La conducta ética, en otro estrato, se puede considerar como una conducta de motivación política y viceversa; tanto la ética como la política se pueden tomar como ejemplificaciones de discurso ideológico dirigido a la constitución de formas adecuadas de subjetividad para una forma determinada de organización social. Todo esto ejemplificado en el documental con Basilio Vargas quien es, a su pesar de su edad, un héroe de nuestro tiempo, demostrado con dureza del trabajo en las minas de Potosí, una ciudad boliviana a 4.500 metros de altura. Contar con el apoyo de la familia Vargas y sobre todo con las palabras sinceras de Basilio es sin lugar a duda el merito para los realizadores del filme, clave para construir esta gran obra.

GUÍA CINEMATOGRÁFICA / La voz narradora


En esta ocasión les traigo un analisis sobre el punto de vista y la voz narradora del cine. Una muestra de como se debe analizar a la imagen sincronosonora contemporanea.


PUNTO DE VISTA Y VOZ NARRADORA


El punto de vista, con relación a la voz narradora, presenta varios aspectos a dilucidar.


En primer lugar hay que reconocer que la narración audiovisual, por su condición, requiere de narración y representación –imagen- además, es “un punto de vista óptico”. Si bien no importa quien asuma el papel de narrador, la perspectiva tiene una actitud ideológica y de valoración hacia los hechos narrados, abrevia información, desecha datos o pondera otros.

Esta actitud de “punto de vista”, que ocasiona la voz narradora, se la puede distinguir en tres momentos:

Literal o visual: percepción de alguien o lo que el narrador o personaje ve.

Figurado o cognitivo: la visión del mundo a través de lo que sabe el narrador o los personajes.

Metafórico o epistémico: la narración arranca desde la posición de interés de alguien. Chatman detalla: ”caracterizando su interés personal, provecho, bienestar, salud…”


Estos pasos a seguir resultan evidentes así: el punto de vista “óptico” deviene un punto de vista narrativo de la siguiente manera: “…por un lado, en el proceso de montaje donde se reorganizan las distintas ubicaciones de la cámara en la filmación y se fija “el lugar imaginario del espectador”; por otro lado, con el concurso de varios canales de información simultánea, a más del visual u óptico, está el auditivo y sus distintas relaciones con la imagen.


En este sentido, es perfectamente pertinente la diferenciación que propone François Jost entre las nociones de “ver” y de “saber”, asimiladas en la narratología literaria al concepto de focalización.”[1] Y añade, son dos realidades distintas de narración “lo visto no puede asimilarse a lo sabido” y propone separar lo que afecta al campo cognitivo = focalización, y lo referente al campo perceptivo = punto de vista.


El término “focalización”, indica Mike Bal, viene de la fotografía y de la cámara cinematográfica. Esta palabra no tiene raíces gramaticales sino “mecánicas”; su naturaleza técnica influye en la visón que se capta por tener un fuerte efecto manipulador y es, por consiguiente, difícil apartarlo de las emociones asignadas al narrador, a los personajes y al lector o al espectador.


La focalización en la narrativa de la imagen se produce a través de múltiples significantes de diversa naturaleza o entidad expresiva: “la escrita o gráfico-fonética, la gráfica, la pictográfica, la fotográfica, la fotogramática, la videográfica, la fonético-verbal, la musical, la sonora no musical, etc.”[2]


Genette subraya que sólo el relato es focalizado. “La focalización no remite sino al narrador y a sus relaciones con la historia.”


Así tenemos que la focalización o punto de vista “literal o visual” y “figurado o cognitivo” insinúan una variada interacción del “ver/oír y saber de los personajes (a veces también narradores), del enunciador y del espectador.”


Se esclarece esta interacción con tres categorías de focalización:


Focalización cero o relato no focalizado: el narrador es omnisciente o “visión por detrás”[3], este es el narrador clásico de la literatura que usa la tercera persona del singular, “es una no-persona”.


Esta omnisciencia se introduce en los deseos, recuerdos, pensamientos, intenciones… de los personajes; así como controla el tiempo, el espacio, y las acciones y puede manejarlas a su antojo.


Esta focalización se subdivide en:

Omnisciencia neutra: el narrador no interfiere en el relato, conoce la historia de principio a fin y usa la palabra en tiempo pasado.

Omnisciencia editorial: el narrador interfiere con juicios de valor o simples comentarios. Esta forma de narrar es propia de la narración audiovisual: ubicuidad de la cámara, omisión de tomas subjetivas, justificación de la iluminación.

Focalización interna o subjetiva: El narrador sabe tanto como el personaje de ficción o “visión con”; por lo tanto, el personaje se establece como narrador.

Esta modalidad puede ser fija o variable si hay uno o más personajes focalizadores y múltiple si, desde el inicio, relatan más de un personaje.


Esta categoría, tanto en el texto literario como en el texto audiovisual, es explotada porque pueden insertarse hechos conocidos por otros personajes, reunidos a lo largo de la narración y por consiguiente susceptibles de manipulación, oponiéndose a la búsqueda de un medio estético en el relato.

Ahora bien, la focalización interna en literatura es el monólogo interior y la autobiografía. Ambos necesitan de la primera persona gramatical “yo”. Se los detecta por estar conectados con el discurso, las descripciones, las acciones, selección subjetiva de los acontecimientos, fluidos de conciencia, presencia de anacronías y comienzos de hechos en media res.


Con el sonido, la narración audiovisual, se permitió la voz en off anónima para darle al filme un carácter de testimonio-documental; el monólogo interior por medio de la imagen y la voz en off, los subtítulos, la primera persona en el relato subjetivo con un narrador-personaje.


Esta primera persona en el relato audiovisual “sólo lo es en la banda de sonido, dado que las marcas de dicha enunciación -los deíticos- existen en la lengua, pero no en las imágenes”.


Varios investigadores apuntan: “el personaje-narrador que dice “yo” en el film se transforma en “él” desde el momento en que su relato verbal es sustituído por las imágenes que lo muestran actuando.”[4]


Focalización externa u objetiva: cuando el narrador sabe menos que el personaje o “visión desde fuera”. Esta narración es distante, esconde al narrador, no se reconoce el punto de vista visual o cognitivo con un personaje.


Focalización espectatorial: esta nueva categorización es empleada por Gaudreault y Jost, quienes la justifican sólo en el texto audiovisual y su especificidad es: “el narrador proporciona un mayor conocimiento al espectador, por encima de los personajes.”Pero, es importante no enredar la “omnividencia” con la “omnisapiencia”, es decir: “Si en el cine se juega, frecuentemente, con el suplemento de saber qué se ofrece al espectador –fundamento del “suspense” en Hitchcok- también sucede que en muchos films que parecen ajustarse a los moldes narrativos clásicos, ya que la cámara nos transporta a innumerables lugares de la acción, existen reservas importantes de información –haciéndonos ver sólo las manos del que va a colocar una bomba, ocultándonos al asesino que la víctima ve fuera de campo o “censurándonos” las palabras que escucha un personaje de otro.”[5]


Sobre el tema general de la focalización valdría la pena resaltar que los relatos literarios o audiovisuales no sostienen durante todo el texto una focalización determinada, sino que modifican las diferentes tipologías en favor de los intereses del autor implícito.


Genette explica: “La fórmula de focalización no se aplica siempre a una obra entera, sino más bien a un segmento narrativo determinado, que puede ser muy breve. Por otra parte, la distinción entre los diferentes puntos de vista no siempre es tan clara como podríamos creer, si sólo tuviéramos en cuenta los tipos puros. Una focalización externa con realación a un personaje puede dejarse definir a veces como focalización interna sobre otro (…) Asimismo, la distribución entre focalización variable y no focalización es a veces muy difícil de establecer, pues el relato no focalizado puede analizarse la mayoría de las veces como un relato multifocalizado ad libitum.”[6]


Recordemos que François Jost y Andrè Gaudreault establecen que el discurso audiovisual tiene dos niveles: verbal y visual y desde el punto de vista las funciones de saber y ver.


Diferencian las funciones de ver o nivel icónico con el término ocularización y la audición o banda sonora con la distinción auricularización.

Ocularización es la relación entre lo que muestra la cámara y lo que se supone que el personaje ve. Esta se divide en:

Ocularización cero: el lugar invadido por la cámara no se relaciona con el invadido por una instancia diegética.

Ocularización interna primaria: la imagen se identifica como lugar de un personaje ausente de ella, o “cuando la cámara ocupa el lugar de los ojos del personaje.”

Ocularización interna secundaria: la subjetividad de la imagen, cuando el plano expuesto está contextualizado o vinculado a un personaje, al montaje, al raccord (continuidad) o a las palabras.

Ocularización externa: produce la transparencia narrativa relacionada con los desencuadres, los movidos, ángulos inusitados o planos inclinados, los cuales se refieren a un estilema.

Auricularización es la correlación entre el personaje y lo sonoro. Se divide en:

Auricularización cero o externa: la banda sonora está a la misma distancia del personaje con la cámara.

Auricularización interna primaria: lo que se escucha, ya sea en el mismo volumen, más alto o distorsionado, de acuerdo a lo que el personaje oye.

Auricularización interna secundaria: la banda sonora aparece “como filtrada a través de un personaje” y la subjetividad sonora se construye “gracias al montaje o el campo visual, de tal manera que pueda remitirse el sonido a una instancia profílmica”.


Queda, por tanto, establecido que, en el relato audiovisual, el punto de vista desde el que se narra, constituye la visión = imagen y la audición = banda sonora.

Asimismo, la distinción de ver y oír realizan un proceso de solidaridad dentro de la focalización, considerada como una totalidad del saber narrativo.[7]


En cambio, François Jost mantiene el término “focalización” para las relaciones de “saber” y acepta los vocablos, ocularisation y auricularisation, para precisar “qué lugar de percepción es escogido para mediatizar la representación”, esto es, de qué forma las imágenes y sonidos del film corresponden a la percepción de un personaje de la diégesis o remiten a una instancia anónima. “Esta articulación del ver y del saber”, subraya Jost, “traza claramente la frontera entre las percepciones delegadas a las instancias diegéticas y la actividad discursiva de un gran imagier que orienta nuestra lectura”.[8]



BILBIOGRAFIA ESENCIAL

BATTENDORFF, M. Elsa, y Prestigiacomo, Raquel, El relato audiovisual, La narración en el cine, la televisión y el video, Buenos Aires, Longseller, 2002

CHATMAN, Seymour, Historia y discurso, La estructura narrativa en la novela y en el cine, Madrid, Altea, Taurus, Alfaguara, S.A., 1990

GARCÍA, Jiménez, Jesús, Narrativa audiovisual, Madrid, Ediciones Cátedra, S.A., 1996

PEÑA-ARDID, Carmen, Literatura y cine, Madrid, Ediciones Cátedra, S.A., 1996

SÁNCHEZ Noriega, José Luis, De la literatura al cine, Teoría y análisis de la adaptación, Barcelona, Ediciones Paidos Ibérica, S.A.,2000

ZUNZUNEGUI, Santos, Pensar en la imagen, Madrid, Ediciones Cátedra, S.A., 1998


[1] Carmen Peña-Ardid, op.,cit.,p.144

[2] Jesús García Jiménez, op.,cit.,p.88

[3] Ibid.,p.112 Jean Pouillon utiliza el término “visión” en el doble sentido de “perspectiva narrativa” (visión con” y “visión por detrás”) y de “profundidad de la perspectiva narrativa”(visión desde fuera en oposición al término implícito “visión desde dentro”).

[4] Ibid.,pp.146-147

[5] Ibid.,p.145

[6] José Luis Sánchez Noriega, op.,cit.,p.91

[7] Para desarrollar los conceptos de Ocularización y Auricularización, recurrí a Santos Zunzunegui, Pensar en la imagen, Madrid, Ediciones Cátedra, S.A.,1998, p. 188-189-190 y a José Luis Sánchez Noriega, op.,cit.,pp.95-96

[8] Carmen Peña-Ardid, op.,cit.,p.144 –traducción, colaboración de Margarita Paredes-